Triunfa Isaac Fonseca en su tierra, sale a hombros y es aclamado por la multitud

* El joven matador de toros demostró su arte en la tradiciinal corrida nocturna del 2 de noviembre en la Monumental de Morelia 

Por Óscar Tapia Campos

Morelia, Michoacán a 3 de noviembre de 2023.,-  El diestro moreliano Isaac Fonseca brilló intensamente en la Tradicional Corrida de Noche de Muertos ante toros descastados de la ganadería guanajuatense de La Estancia, a los que les diseñó pases que no tenían, los construyó con paciencia y sabiduría, les realizó faenas que se sacó de la manga.

A su primero lo despachó de estocadas hasta los gavilanes;, y, al segundo de su lote, un sobrero que fue mandado para sustituir al cierra plaza regresado a los corrales luego de ser picado y abanderillado, lo hizo rodar sin puntilla después de un primer intento fallido.

La Plaza de Toros Monumental de Morelia lució esplendorosa al registrar una gran entrada con más de el 90 por ciento del aforo.

La multitud vivió una noche de notables claroscuros, sobre todo por lo malo del encierro de La Estancia que no contribuyó para el lucimiento de Pablo Hermoso de Mendoza, quien se retiraba de ese coso, sin embargo, el estellés navarro tuvo momentos muy artísticos gracias a su destreza en el manejo de sus jacas.

No así Octavio García el Payo, al que le tocó lo peor del encierro, sin que pudiera sobresalir.

Isaac Fonseca abrió con larga de rodillas ante el tercero de la noche, después se paró y pintureó verónicas muy lentas para jalar las embestidas del burel.

En el tercer tercio tuvo que aguantar eternidades en la cara del toro para que tomara el embroque y llevarlo con la sedosa imantación de su moleta hasta despacharlo de aquí acullá. Fonseca tuvo los tamaños para pincelarle molinetes muy ajustados poco antes de la suerte suprema, la que realizó magistralmente, habida cuenta que metió la toledana en el hoyo de las agujas y hasta los gavilanes. Una oreja.

El sexto resultó ser un toro de muy buena presencia, pero muy débil de remos, sin un pase, despistado y pegado a piso. Isaac Fonseca le buscó la condición, pero el burel no quería saber nada del capote.

Después del segundo tercio negó totalmente la embestida, el público lo reprobó sonora y sostenidamente pidiendo que lo echaran fuera, por lo que, el juez de plaza, más allá de lo que dicta el Reglamento Taurino de Morelia, pero con muy buen criterio arbitral, accedió; al fin que la autoridad máxima siempre será la asamblea, es decir, en este caso, el público.

El sobrero se dejó meter mano y el torero moreliano lo aprovechó de maravillas.

Le dio el saludo capotero con larga cambiada de rodilla, verónicas, chicuelinas y una media de antología.

Su faena de muleta la inició de rodillas con un cambiado por la espalda y, así, de hinojos, dos derechazos hondos. Después le sacó tandas que no traía y cerró con manoletinas de cara al público. La faena era de dos orejas, pero al fallar en el primer intento con el estoque perdió una, en el segundo viaje metió toda la ración de acero y recibió un trofeo.

El Huracán de Morelia conectó constantemente con el respetable, el que lo vitoreó una y muchas veces, al entender y sentir el toreo verdad del moreliano, quien al final salió a hombros, aclamado y con vítores de Fonseca, Fonseca, Fonseca, torero, torero, torero. Así sea.