Por: ABySe Morelia/Redacciòn
Ciudad de Mèxico, 2 de octubre de 2018.- Ante la desigualdad social por la que atraviesa nuestro país y después de comprobar que existen extremas limitaciones en las políticas públicas impulsadas hasta la fecha, Toño García presentó ante el Senado de la República, la iniciativa con proyecto de decreto para que se cree la Secretaría de Economía Social y Solidaria.
Indicó que urge una institución que centralice la atención, dado la actual situación económica y social de nuestro país.
Aclaró que el financiamiento de la Secretaría de Economía Social y Solidaria no constituye un esfuerzo presupuestal adicional a los recursos que ya se destinan a diversas instituciones que invierten en el sector actualmente, por lo que será la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión quien analice y determine el financiamiento definitivo.
Manifestó que la Secretaría de Economía tendría a su cargo sólo a las empresas del sector privado, cuyo objeto económico es diametralmente opuesto a las del sector social, en tanto que estas últimas estarían bajo la potestad y fomento de la Secretaría de Economía Social y Solidaria.
“Es el momento de que la auténtica izquierda, impulse el transito hacia otro paradigma; atacar a fondo las causas que generan las desigualdades. Apostar a satisfacer las apremiantes necesidades sociales, promoviendo los cambios estructurales que sean necesarios y avanzar en la construcción de una sociedad libre y de bienestar social, regida por una República Social, Democrática y de Derecho”.
Esta iniciativa propone reformas a varios articulos de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; La ley de Economía Social y Solidaría, La Ley General de Desarrollo Social, y la Ley de Sociedades Cooperativas para resolver las crecientes necesidades sociales, sea por la vía de las actividades económicas del sector público como del privado.
“La estrategia que proponemos como Grupo Parlamentario, para revertir esta situación, es impulsar la economía desde la autogestión de los trabajadores.
Una economía social y colaborativa, indiscutible garante de la inversión de capital bruto fijo nacional, para producir mercancías, bienes y servicios orientados a satisfacer las necesidades básicas que demandan los más de 50 millones de pobres que saturan el mercado interno.
Generar empleos formales y dignos, y así combatir la desigualdad y la pobreza para ser superadas estructuralmente y no desde una visión asistencialista ineficaz, financieramente derrochadora y políticamente perversa que ha seguido nuestro país desde 1989”,